Cómo funciona una evaluación formativa
¿En qué se diferencian las evaluaciones formativas y sumativas? Las evaluaciones sumativas dan como resultado una calificación y evalúan la comprensión al final de una unidad. Las evaluaciones formativas, por otro lado, no se califican. En cambio, se utilizan para guiar la instrucción o informar a los estudiantes sobre su propio aprendizaje. Armados con datos de numerosas estrategias, los maestros pueden planificar, ajustar o revisar el contenido para ayudar a los estudiantes a comprender el tema. Las evaluaciones formativas no se consideran completas hasta que se hayan utilizado para afectar la enseñanza.
3 técnicas para probar la evaluación formativa en su salón de clases
1. Use sondeos para encontrar conceptos erróneos de los estudiantes
Me gusta usar sondas antes de iniciar una unidad. Las sondas están diseñadas para usar preguntas para descubrir conceptos erróneos comunes que los estudiantes pueden tener sobre un tema científico básico. La estructura permite a los estudiantes elegir una explicación de una lista de explicaciones dadas. Luego, los estudiantes escriben por qué creen que su elección es válida. Las explicaciones son cruciales porque revisar las respuestas me da una idea de las nociones preexistentes que puedan tener los estudiantes.
Por ejemplo, después de revisar sus respuestas a una prueba que cubría la importancia de la variación en una población, aprendí que aunque la mayoría de los estudiantes eligieron la respuesta correcta, sus razones estaban llenas de conceptos erróneos: la diferencia entre el clima y el tiempo diario, la definición de adaptación, o la idea de que las poblaciones evolucionan, no los individuos. Utilizo estos datos para afinar mi calendario curricular.
2. Reafirmar el aprendizaje a través de la discusión
Todos los profesores obtienen información sobre la comprensión de sus alumnos simplemente escuchando. Para realizar esto basta con considerar en nuestra planeación el hacer un recorrido por entre las filas. En esos días, camino por el aula con una pizarra blanca grande y anoto las respuestas que escucho durante las discusiones en grupos pequeños o de "acuerdo/desacuerdo". Sin incluir ningún número de grupo ni los nombres de los estudiantes, le muestro a la clase la pizarra y les pido su opinión. "¿Quién está de acuerdo con esta afirmación? ¿Por qué o por qué no?"
Las discusiones en grupos pequeños ahora se convierten en discusiones en clase, y los estudiantes pueden agregar información nueva y corregir información antigua en sus cuadernos. Este estilo de evaluación formativa es una herramienta poderosa. Escuchar a los estudiantes lidiar verbalmente con sus propios malentendidos y ver cómo se enfrentan a una nueva forma de pensar es bastante sorprendente.
3. Explora conceptos de forma creativa
Cuando los estudiantes tienen que dibujar y escribir etiquetas para mostrar su comprensión de un concepto, queda claro lo que realmente saben. Una vez que se han completado algunos laboratorios o experimentos, hago que los estudiantes creen un póster/modelo de papel, con palabras e imágenes, para explicar los conceptos básicos que han aprendido.
Puedo evaluarlos de varias maneras. Si es su primer intento con el póster, deambulo por la sala y me detengo en cada grupo para conversar. Puedo decir algo como "¿Puedes explicar lo que representa esta imagen? Te sugiero que agregues algunas flechas para mostrar la dirección del flujo de energía" o "Eso es genial, creaste una leyenda. Esta imagen aclara tu pensamiento". ."
Es difícil para cualquiera captar un concepto la primera vez, así que hago que mis alumnos mantengan sus modelos a lo largo de la unidad. Modifican estas representaciones de su comprensión a medida que cambia su conocimiento. Después de completar algunas otras lecciones y de que los estudiantes hayan realizado algunas interacciones en sus modelos, les pido que caminen por el aula y revisen los modelos de sus compañeros de clase. Si tienen una sugerencia útil, la escriben en una nota adhesiva y la colocan en el cartel. Cuando los estudiantes regresan a sus propios carteles, leen los comentarios y hacen los cambios que consideren necesarios. Una vez que pueden explicar correctamente su comprensión, tanto el maestro como el alumno se sienten seguros, lo cual es algo grandioso.
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