Agentes educativos, les saludamos desde el CAI tres de Escárcega, Campeche. Les damos la bienvenida a esta cápsula que les permitirá identificar elementos importantes sobre la evaluación formativa para la fase uno en educación inicial.
La evaluación formativa se concibe de una forma amplia, considerando todos los aspectos que comprometen las prácticas de educación y cuidados de manera integral. Esto marca una diferencia importante, ya que anteriormente la evaluación estaba ligada a documentos con líneas establecidas y procesos tradicionales enfocados en conductas finales y pautas rígidas.
Al observar y leer a las niñas y los niños en su contexto, es posible escuchar sus necesidades, intereses e iniciativas, lo que permite evaluar aspectos como el proceso de transición en el ingreso a los servicios de educación inicial, los vínculos que establecen entre ellos y con los adultos, la alimentación, los juegos y aspectos que les entusiasman, su autonomía y situaciones cotidianas tanto en los servicios de educación inicial como en sus hogares.
El informe personal de cada niño es la herramienta individual de evaluación, lo que nos lleva a revisar la pertinencia de nuestras intervenciones como agentes educativos. Se destaca la importancia de la autoevaluación, enfocando la observación y la mirada constante en aspectos como la flexibilidad de las propuestas que les ofrecemos, la ternura que proporcionamos y nuestra relación con las madres, padres y familias.
Es necesario reconocer aquellos elementos que nos cuesta trabajo modificar, como la capacidad de juego compartido con los bebés, niñas y niños, el interés por aprender y nutrir aspectos menos desarrollados, y la capacidad para crear ambientes de aprendizaje cada vez más pertinentes y estimulantes.
La observación es una forma de obtener información y requiere mantener una actitud curiosa y de constante escucha. Se debe prestar mucha atención a cada bebé, niña y niño de manera individual y también al grupo en general. Esto implica observar la relación que establecen entre sí, cómo manifiestan su autonomía, qué procesos les dificultan y cuáles alcanzan fácilmente, cómo juegan y disfrutan estar con otros.
La base sólida para la observación la constituyen los contenidos y procesos de desarrollo de aprendizaje del programa sintético para la fase uno. La observación se plasma en un registro donde se describe de forma libre lo observado, lo cual es un ejercicio reflexivo que es importante realizar en colegiado. Esta información es crucial para redireccionar la planeación, enriquecer los ambientes de aprendizaje y enfatizar procesos específicos.
La evaluación formativa en educación inicial atiende a los procesos de las niñas y los niños, considerando su singularidad y enfatizando que el desarrollo no es lineal ni homogéneo. Es importante considerar todas las variables presentes para favorecer el desarrollo integral, incluyendo el juego, el aprendizaje del lenguaje, la comunicación, la exploración del mundo que les rodea, las expresiones artísticas y los vínculos con las familias, entre otros.
Se enfatiza que la evaluación formativa se centra en los procesos y no en los logros. Se espera que esta información aporte a la construcción de una forma distinta de valorar los procesos observados en las niñas, niños y bebés.
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